Tomando en cuenta los potenciales riesgos tanto exteriores como del interior del hogar, es una decisión sensata proteger nuestra propiedad ante ellos. Es precisamente este concepto de proteger nuestra vivienda del riesgo de daños o pérdidas, lo que originó la necesidad de crear un Seguro especializado para el hogar; a continuación, revisaremos una breve historia de cómo se originó este seguro.
La idea de asegurar una propiedad o pagar una tarifa para cubrir ciertos posibles riesgos que podrían presentarse, surgió por primera vez a mediados del año 1.600 en Inglaterra, la mayoría de edificios en aquél entonces estaban hechos de madera lo que aumentaba el riesgo de incendio.
En 1.666 se produjo el Gran Incendio de Londres y se perdieron más de 70,000 estructuras entre: casas, iglesias y negocios. El incendio destruyó todo a su paso y el daño fue tal que tomó décadas reconstruir completamente la ciudad, ante esta situación empieza a formarse el concepto de asegurar las viviendas y demás estructuras, con el fin de poder reconstruirlas tras una pérdida.
A medida que este nuevo concepto de asegurar ganaba fuerza y se hizo cada vez más popular en el siglo 18, las empresas aseguradoras comenzaron a aparecer de rápidamente lo que causó una competencia significativa entre ellas. Para diferenciar y mejorar los servicios se agregaron coberturas adicionales a las pólizas establecidas, como otros tipos de daños a la propiedad que no hayan sido causados por incendio y robo, así también se incluyeron variadas asistencias para el hogar.
A partir de este momento y de a poco se fue perfeccionado la oferta, el servicio, las coberturas y las pólizas de los seguros de hogar hasta llegar a un modelo de negocio muy similar al que vivimos hoy en día. En la actualidad y como en aquél entonces nuestra propiedad puede sufrir daños imprevisibles, muy severos y costosos por lo cual es cada vez más necesario tener asegurada nuestra propiedad y los objetos que están dentro de ella.